EL APEGO EVITATIVO EN RELACIÓN

¿Por qué parece que siempre eliges relaciones en las que te sientes solo?

Quizá te ha pasado: te enamoras, todo parece ir bien, pero de repente, sientes que necesitas espacio. La otra persona quiere más cercanía, y tú solo piensas en alejarte. O tal vez siempre terminas con parejas que dicen que eres frío, distante, que no muestras suficiente interés. Si te suena familiar, es posible que tengas un estilo de apego evitativo.

Soy psicólogo con más de 15 años de experiencia y te aseguro que esto es mucho más común de lo que crees. Hoy vamos a desglosar qué es el apego evitativo, de dónde viene y, lo más importante, cómo sanarlo para que tus relaciones sean más profundas y satisfactorias.

¿Qué es el apego evitativo?

El apego evitativo es uno de los cuatro estilos de apego identificados en la teoría del apego de Bowlby y Ainsworth. Se caracteriza por una baja necesidad de intimidad emocional y una alta independencia emocional. En otras palabras, las personas con apego evitativo valoran mucho su autonomía y tienden a evitar la vulnerabilidad en sus relaciones.

Pero ojo, esto no significa que no quieran amor o que no lo necesiten. Simplemente, han aprendido a relacionarse de una forma en la que protegerse es más importante que conectar.

Señales de un apego evitativo:

  • Te cuesta expresar emociones profundas.
  • Prefieres mantener una cierta distancia en las relaciones.
  • Cuando alguien se acerca demasiado, te sientes invadido.
  • Prefieres resolver tus problemas solo antes que buscar apoyo.
  • En una discusión, tiendes a cerrar el canal de comunicación o alejarte.
  • Puedes atraer personas con apego ansioso que buscan más cercanía de la que puedes dar.

¿De dónde viene el apego evitativo?

No es algo que aparezca de la nada. Como casi todo en psicología, sus raíces suelen estar en la infancia. Si creciste en un entorno donde expresar emociones no era bien recibido (o incluso castigado), aprendiste a no depender emocionalmente de los demás.

  • Caso real: Un paciente, llamémosle Luis, creció en un hogar donde «los niños no lloran» y donde mostrar debilidad era casi un pecado. En su vida adulta, se sentía sofocado cuando su pareja le pedía que «hablara de sus sentimientos». No porque no los tuviera, sino porque no sabía cómo expresarlos.

En otros casos, los cuidadores fueron emocionalmente inconsistentes: presentes en lo físico pero ausentes en lo emocional. Esto hace que el niño aprenda que no puede confiar en los demás para su bienestar emocional, por lo que se convierte en su propio proveedor de seguridad. El resultado es que empieza a crear un mundo interno donde la separación emocional con el otro y la búsqueda de su independencia le hace sentir protegido y seguro.

¿Cómo afecta el apego evitativo a tus relaciones?

Tener apego evitativo no significa que estés condenado a una vida de soledad, pero puede hacer que las relaciones sean más complicadas de lo necesario.

  • Contigo mismo: te mantiene con sensación de aislamiento y sensación de no pertenencia. Se manifiseta en ocasiones como una percepción interna de sentirse raro o diferente.
  • En pareja: Puedes sentirte invadido cuando alguien te pide más cercanía. Es posible que te sientas atraído por personas con apego ansioso, lo que genera un ciclo tóxico de persecución y huida.
  • En la familia: Te cuesta abrirte con tus padres o hermanos, prefieres mantenerte en tu mundo y no hablar demasiado de tus problemas.
  • En la amistad: Mantienes relaciones más superficiales, donde hay un límite invisible que no dejas cruzar a nadie.

¿Se puede sanar el apego evitativo?

La respuesta corta: .

La respuesta larga: Sí, pero requiere intención y esfuerzo. No se trata de convertirte en alguien dependiente, sino en aprender a equilibrar tu independencia con la posibilidad de una conexión real y segura.

Claves para sanar el apego evitativo:

🔹 Toma conciencia de tu estilo de apego. Cuanto más consciente seas de tus patrones, más fácil será cambiarlos. Hay un trabajo de constancia y buena voluntad de ir mirando en lo cotidiano los momentos en los que estamos inconscientemente evitando la conexión con los demás. Toma conciencia de como estás reprimiendo  el amor y el placer asociado en el acto de relacionarte. ¿Como sería abrir tu corazón y afectividad con esa persona?

🔹 Aprende a identificar tus emociones. No se trata de soltar todo de golpe, pero sí de empezar a explorar qué sientes y por qué. Una forma de empezar sería que vayas escribiendo a lo largo del día aquellas emociones que percibibes. Empieza por las que observas más claras y ve poniendo atención con el tiempo a aquellas más sutiles o secundarias como la verguenza y la culpa.

🔹 Trabaja en la regulación emocional. La meditación, escribir frecuentemente y la terapia pueden ayudarte a sentirte más seguro con tus emociones. Solo pararte y registrar el estado de tu cuerpo puede ser un primer paso. Acostumbrate a tomar tres respiraciones conscientes justo antes de implicarte en una relación.

🔹 Exprésate de forma progresiva. No tienes que compartir todo de una vez, pero sí dar pequeños pasos para abrirte en tus relaciones.Puedes atender la forma en la que se contrae tu cuerpo cuando vas mostrate realmente como eres.  se trata de que primero puedas identificar que es lo verdaderamente autentico en tu interior para luego poder abrirte a expresarlo.

🔹 Permítete confiar. La intimidad emocional no es una amenaza, sino una fuente de bienestar si aprendes a manejarla bien. Abrirte a confiar puede ser un reto pero se trata der abriendote a la creencia de que en el fondo eres digno de ser querido tal y como eres. Confiar es un proceso, empieza por aquellas peronas con las que te sietnes más segura.

🔹 Busca ayuda profesional. Un terapeuta puede acompañarte en este proceso y darte herramientas para cambiar tu forma de relacionarte. Una persona formada en apego puede faciliarte la posibilidad de que vayas expresando aquello que pueda resultarte «inconfesable». Abrir los miedos de toda una vida puede ser una tarea titánica pero a medida que  vas estableciendo un vínculo seguro con el terapeuta se abren nuevas posibilidades qeu antes no había contemplado.

Reflexión final: ¿Listo para dar el primer paso?

Si has llegado hasta aquí, ya has dado el primer paso: el de la conciencia. Cambiar patrones de apego no es fácil, pero es totalmente posible.

No se trata de que dejes de ser tú mismo, sino de aprender a conectar con los demás sin que eso signifique una pérdida de tu libertad.

Si sientes que necesitas ayuda en este proceso, dar el siguiente paso podría ser una de las mejores decisiones de tu vida.

¿Te animas?

Ignacio Parra

Psicólogo Sanitario, Terapeuta Gestalt.  Experto en apego y regulación somática.

Nº colegiado23109

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