ESTRÉS TRAUMÁTICO

Estrés traumático Hombre estresado

ORIGEN DEL ESTRÉS TRAUMÁTICO

Uno de los aspectos fundamentales que nos impide ser felices radica en cómo gestionamos el estrés que hay en nuestras vidas. Este estrés se almacena en nuestros cuerpos a través del sistema nervioso.

Cómo seres humanos estamos preparados para lidiar con una cantidad de estrés que nos permite hacer frente a los desafíos de nuestra existencia.

Nuestro sistema nervioso cambia de estado en función del nivel de estrés que soporte. Cuando tiene un grado de estrés manejable tiende a orientarse hacia el placer, la satisfacción y la seguridad. Desde esta perspectiva la vida se percibe como un lugar de exploración y lleno de posibilidades para traer gozo a la persona.

Sin embargo, cuando la carga de estrés aumenta y sobrepasa un determinado límite, la fisiología de nuestro cuerpo cambia y hablamos de estrés traumático.

El estrés traumático puede venir de diferentes ámbitos:

  • Estrés físico: cómo accidentes, violaciones enfermedades, fallecimientos, catástrofes naturales.
  • Estrés emocional: aparece cada vez que sentimos que no somos disponemos de los recursos necesarios para enfrentar una situación. También en general cada vez que la realidad no coincide con las expectativas que nos habíamos formado de lo que tenía que pasar en nuestras vidas.
  • Estrés relacional: es el fruto de relaciones disfuncionales. Aparece frecuentemente en el ámbito familiar, con los compañeros de trabajo o supervisores, en la pareja o en las amistades.
    Es frecuente que el abuso, la negligencia, la humillación, el abandono o la traición en la infancia generen estrés traumático.
  • Estrés hormonal: determinados cambios hormonales como la regla en las mujeres puedes generar un aumento del estrés

El estrés traumático aparece cuando una situación desborda nuestra capacidad de hacerle frente. Podríamos decir que es una medida de emergencia de nuestro sistema nervioso ante una amenaza abrumadora.

 

CONSECUENCIAS DEL ESTRÉS TRAUMÁTICO

Como decíamos antes lo que separa un estrés sano de un estrés traumático es nuestra capacidad para manejarlo. Cuando las situaciones han sido demasiado intensas, demasiado impredecibles o demasiado rápidas se interrumpe nuestra capacidad de procesar el estrés y nos lleva a un lugar traumático.

Este exceso de estrés sin procesar lleva al sistema nervioso a un estado de supervivencia, orientado a protegernos. Fruto de este cambio aparece en la persona un estado de alerta y preocupación.

Desde esta perspectiva, el placer y la satisfacción pasan a un segundo plano. Tendemos a vivir más en estados de rabia de miedo o de tristeza. Nuestro cuerpo se contrae rígidamente o se queda sin fuerzas. Nos cuesta dormir, descansar y restaurar nuestra energía, pudiendo enfermar más frecuentemente.  Se tienden a vivir las relaciones desde la competitividad o desde la sumisión. Existe una sensación general de no poder contar con los demás y de vivir desde la separación, el aislamiento y la escasez.

 

PSICOTERAPIA DIRIGIDA AL ESTRÉS TRAUMÁTICO

Volver a ser capaz de manejar el estrés traumático no es sencillo ya que nuestra fisiología nos alerta diciéndonos que no seremos capaces de sostenerlo.

Para trabajar el estrés traumático es necesario crear un ambiente seguro en el que la persona pueda lidiar con pequeñas dosis de estrés. Este abordaje del estrés » gota a gota» permite crear confianza en nuestro sistema nervioso. Poco a poco vamos teniendo la sensación de qué es posible hacer frente a la situación. Este proceso puede durar más o menos tiempo en función de la carga traumático que tenga una persona.

El simple hecho de poder identificar cuando nos encontramos bajo los efectos del estrés traumático ya es una vía para empezar a ponerle remedio.

Si observas que estás bajo los influjos del estrés traumático y sientes que necesitas apoyo de alguien especializado en este tema no dudes en ponerte en contacto conmigo.

 

Ignacio Parra

Psicólogo, terapeuta Gestalt y especialista en trauma neuroafectivo.

www.psicologomajadahonda.net

 

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