Existen multitud de razones por las que podemos distanciarnos de nuestra pareja. Este artículo te ofrece once prácticas concretas para enriquecer tu relación. La información está diseñada para que pases a la acción directamente y experimentes por ti mismo sus beneficios. Mi sugerencia es que te vayas centrando cada semana en una o dos prácticas y así vayas integrando poco a poco la esencia que contiene cada una. La idea es que puedan servir como plataformas en las que puedas investigar para que con el tiempo se conviertan en expresiones naturales dentro de tu relación.
1) Expresar agradecimientos
En una relación de pareja se producen muchos momentos que nos despiertan ternura, cercanía, compañerismo, apoyo, placer…etc. Cuando se lleva tiempo en una relación es frecuente que debido a la cotidianeidad y la rutina lleguemos a normalizar estos momentos. La invitación es hacer un ejercicio consciente de agradecimiento para reconocer cada una de las cosas que nuestra pareja aporta a nuestra vida. Por cierto, no te preocupes por ser repetitivo, el agradecimiento nunca está de más. Esta práctica ayuda a crear una atmósfera de satisfacción y seguridad en la pareja. También indirectamente es una forma de reforzar a nuestro compañero para que estas situaciones placenteras sigan repitiéndose.
2) Nutrirse a uno mismo/a
Al principio de una relación suele ser normal centrarse mucho en la pareja y que sea nuestro principal foco de nutrición emocional. Con el tiempo lo sano es ir dejando espacio para otras fuentes de enriquecimiento. Cuando la pareja se hace la única referencia de nutrición en nuestra vida la relación tiende a empobrecerse a la larga. Muchas de las tensiones que ocurren en las parejas tienen que ver con haberse fusionado en exceso. A medida que se avanza en una relación es importante “inyectar” en la pareja enriquecimiento de otras áreas: pasar tiempo con otras personas, con nosotros mismos o realizar otras aficiones puede ser una clave que nos ayude luego a revitalizar la pareja.
3) Peticiones claras y directas
Uno de los errores más comunes dentro de las relaciones de pareja es que se espera que nuestra pareja adivine aquellas cosas que nos gustan o nos molestan. En muchas personas hay un pensamiento del tipo:
“Si la persona me quiere me debería de conocer y saber lo que necesito. Si se lo tengo que decir pierde la gracia”.
Mi sugerencia, por el contrario, es que expresemos lo más claro y directo aquello que nos agrada y nos molesta de nuestra pareja sin dar muchos rodeos. Esto ayudará a solventar muchos malos entendidos y que nuestro compañero/a tenga claridad de cómo actuar para satisfacernos.
4) Mirar con ojos nuevos
Nuestra mente al cabo de un tiempo en una relación tiende a crear ideas fijas sobre quién es nuestro compañero/a. Es frecuente que cuando convivimos con una persona al cabo de un tiempo nos hagamos la idea de que ya conocemos a esa persona. Como consecuencia podemos llegar a emitir juicios anticipadamente y cerrarnos ante la expresión actual de nuestro compañero/a. Hay un lema que transmito frecuentemente a mis clientes en mi consulta de psicólogo en Majadahoda: “Solo podrás ver aquello que estés dispuesto a ver”. En ese sentido cuando nos abrimos con una curiosidad genuina tenemos la oportunidad de re-descubrir a nuestra pareja en una infinidad de nuevas posibilidades.para que con el tiempo se conviertan en expresiones naturales dentro de tu relación.
5) Soltar la perfección
Por muy maravillosa que sea una relación de pareja nunca podrá llenar de forma absoluta todas nuestras expectativas: ni física, ni mental, ni emocionalmente. A veces se utiliza a la pareja para que nos libere de todas nuestras inseguridades, vacíos y ansiedades. Queremos que sea nuestro pasaporte directo hacia una felicidad plena. Reconocer y aceptar los límites de nuestra pareja permite que podamos dejar ir una gran carga de exigencias y que aprendamos a reconocer al ser humano real que tenemos delante. nuestro compañero para que estas situaciones placenteras sigan repitiéndose.
6) Crear novedad
Un gran combustible en las relaciones de pareja tiene que ver con vivir situaciones nuevas e inesperadas. En los principios de una relación la “magia” o los momentos de novedad surgen de forma natural. A medida que se avanza en una relación se tienden a rigidizar los escenarios y se cae en rutinas fácilmente. Es por ello que al cabo de un tiempo la “magia” necesita ser creada, invocada y renovada. Al final tiene mucho que ver con la energía que pongamos para crear espacios y formas de relación que sigan sorprendiendo a la pareja. La invitación es que nuestra pareja pueda seguir teniendo destellos de aventura. Despierta en ti la imaginación y prueba cosas diferentes. No tienen que ser grandes cosas, solo el cambio de actitud hacia la novedad ya está moviendo cosas…
7) Revivir los valores sanos que nos unen
Siempre existen unos motivos claves por los que estamos unidos a nuestro/a compañero/a. Hacer una lista los valores que nos vinculan a la relación y leerlos de vez en cuando es una forma de acercarnos a nuestra pareja, aunque en ese instante no lo podamos sentir con claridad. Esta práctica se puede hacer individualmente y también como una expresión compartida con la pareja de ver aquellos elementos nucleares que os mantienen unidos. Es especialmente interesante hacerla en diferentes periodos de tiempo para ver cómo crecen o varían los motivos de unión. Este ejercicio promueve una actitud proactiva del proyecto de pareja.
8) Rituales de reconexión
Durante el tiempo que se comparte con una pareja aparecen algunas vivencias especialmente bonitas y significativas: Esto podría ser una canción, un gesto, una palabra o frase, un lugar que se visitó, una forma de contactar físicamente…Estos estímulos cuando se repiten en el tiempo se convierten en rituales que traen conexión y cercanía. Una sugerencia que refuerza la complicidad en la pareja es alimentar y crear nuevos rituales conscientemente. Cuantos más rituales tenga una pareja, más posibilidades tendrá de vivir momentos de complicidad y conexión.
9) Tiempos de calidad
Muchas veces aunque tengamos tiempo libre en la pareja hay diversas preocupaciones o tensiones que nos interfieren con la posibilidad de disfrutar de nuestro compañero/a. Un tiempo de calidad significa no solo dedicar un tiempo especial para la pareja sino una disponibilidad interna donde podamos estar para el otro con receptividad y escucha. Esto implica muchas veces hacer un trabajo previo para trabajar asuntos pendientes que nos interfieren con un encuentro más profundo. los motivos de unión. Este ejercicio promueve una actitud proactiva del proyecto de pareja.
10) Sensualidad afectiva
Si bien el sexo es un vehículo maravilloso para poder conectarnos profundamente con nuestra pareja no siempre sucede así. En ocasiones el sexo se utiliza como una descarga de tensiones o como una búsqueda de placer personal. Otras veces la sexualidad estar cargada de exigencias con respecto a nuestra pareja o a nosotros mismos. Introducir en la relación una base afectiva y sensual dedicada exclusivamente al encuentro y la complicidad quita mucha de la presión que nos metemos cuando entramos en el acto sexual. Esto supone crear un espacio para investigar sobre la caricia, la mirada y el contacto tierno sin que tenga que haber sexualidad. En mi experiencia esta práctica fortalece el vínculo emocional en la pareja y favorece a posteriori una mejor intimidad sexual.
11) Actitud de contribución
Supone la práctica de dos acciones: por un lado implica una disponibilidad para explorar y conocer quién es la persona al margen de nuestros deseos y expectativas. Esto supone una práctica continua de atención a la otra persona: ¿Qué es lo que más le mueve en la vida? ¿Qué le hace sentir más satisfecha con él/ella mismo/a? ¿Qué le haría crecer más?
Por otro lado implica pasar a la acción comprobando a posteriori si nuestras conductas están siendo bienvenidas. Lo más importante es hacer este proceso respetando la esencia personal del otro/a. A veces simplemente teniendo la actitud de querer contribuir genuinamente a la vida del otro ya es suficiente estímulo para que se genere una trasformación positiva en nuestra pareja. Lo mágico de esta práctica es que actuando desde este lugar también crece el amor por la pareja y por nosotros mismos.
Ignacio Parra Viudes.
Psicólogo y Terapeuta Gestalt. Nº Colegiado 23109
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