LA DEPRESIÓN ¿INFLUYE EN LA SOMNOLENCIA Y LA FATIGA?

Persona que sufre depresión, somnolencia y fatiga

LA DEPRESIÓN Y EL SISTEMA NERVIOSO

La depresión es un estado de baja energía y dificultad de afrontamiento que afecta a múltiples áreas de nuestra vida: relaciones de pareja, amistades, trabajo, familia, etc.

Uno de los aspectos más seriamente afectado por la depresión es la cantidad de energía disponible en nuestro sistema nervioso para realizar cualquier actividad en la vida.

En un sistema nervioso sano el cuerpo se activa durante las situaciones desafiantes y luego se desactiva a través del sistema nervioso parasimpático a través del descanso. De esta forma, el estrés producido por la situación se acaba descargando y la persona puede restaurarse para afrontar nuevas situaciones.  Esta capacidad de generar energía y utilizarla de forma funcional permite que la persona pueda sentirse vital y activa durante la vida.

Entonces… ¿Cómo puede la depresión afectar a que nos sintamos fatigados o con somnolencia?

CAUSAS DE LA SOMNOLENCIA Y LA FATIGA EN LA DEPRESIÓN

La depresión es a menudo la consecuencia de un desgaste en nuestro sistema nervioso. A menudo, antes de una depresión la persona ha intentado múltiples acciones para tratar de salir de este estado. Cuando nos enfrentamos a un desafío o amenaza nuestro cuerpo se activa para hacer frente a la situación externa.  En estos casos nuestro hipotálamo, (una pequeña zona en la base del cerebro) activa el sistema de alarma. A partir de este momento se desencadena una combinación de señales nerviosas y hormonales que hiperactivan el cuerpo a través de la adrenalina y el cortisol. Esta respuesta hormonal nos permite un aumento de la energía para tratar de manejar la situación

Sin embargo, cuando los factores estresantes se mantienen presentes y somos incapaces de resolver la situación (ya sea luchando o huyendo), entramos en una espiral de activación que sobrepasa nuestro sistema nervioso. En estos casos, como medida de emergencia, empieza un ciclo de desactivación en la persona para evitar el colapso por el exceso de estrés acumulado.  Esta desactivación o congelamiento, no obstante, no está resolviendo el estrés, sino que simplemente lo mantiene “tapado” para que no desborde a la persona.

Son muchas las situaciones ante las cuales una persona podría sentirse desbordada e incapaz de poner límites: abusos físicos, exceso de trabajo, relaciones tóxicas, bullying, rechazos familiares, problemas económicos, enfermedades, catástrofes naturales…

 

Este proceso de desactivación o congelamiento tiene varias consecuencias para el organismo:

  • A nivel físico: el sistema nervioso de la persona se queda en un estado de alto coste energético. Por un lado, el sistema nervioso simpático se ha quedado cargado de estrés que quiere emerger a la superficie. Por otro lado, el sistema nervioso parasimpático, (el freno de mano del organismo) impide que se pueda descargar el estrés por miedo a quedar desbordado. Esto implica un enorme gasto energético para el organismo que queda agotado.

 

  • A nivel psicológico: desencadena una dificultad para experimentar placer en la vida. Podríamos decir que la persona tiende a sentirse insensibilizada a nivel emocional, lo que provoca desmotivación y falta de sentido. Este alejamiento de la vida es un mecanismo de defensa para tratar de evitar correr riegos mayores.

CONCLUSIÓN

Si bien pueden existir múltiples causas para la fatiga y la somnolencia, la depresión es un factor muy relevante que debería tenerse en cuenta.

En el abordaje de la depresión es muy importante considerar la sobrecarga del sistema nervioso como una de las variables fundamentales para la sanación.

En la medida que ayudamos a la persona a ir descargando la carga de estrés acumulada la fatiga y la somnolencia van desapareciendo de forma natural.

 

Ignacio Parra

Psicólogo, terapeuta Gestalt y especialista en trauma neuroafectivo.

www.psicologomajadahonda,net

 

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