QUE ES LA PROCRASTINACIÓN

Que es procrastinar

PROCRASTINAR ES SABOTEAR NUESTRA VIDA

La procrastinación tiene que ver con la desconexión de nuestros valores y el sentido de  nuestra vida. En  esencia es una forma de desvincularnos de la visión de nuestro corazón.

Implica un alejamiento de aquello que es valioso para nosotros a través de un estado en el que no se asume la responsabilidad plena de la existencia.

Viene acompañado de actitudes y comportamientos como la  evitación, la negación o la postergación reiterada.  

La procrastinación no suele ser plenamente consciente.  Es el arte de no tomar  acción en aquello que realmente nos conviene. Se suele presentar  con un “camuflaje”  en el que nos justificamos a nosotros mismos para no ser descubiertos.

Procrastinamos porque en algún lugar de nuestro ser obtenemos un beneficio, (aunque este puede ser muy inconsciente). El no  enfrentarnos a una situación supone un alivio a corto plazo para el organismo que goza de un tiempo de aparente relajación. Sin embargo, este supuesto beneficio es veneno a largo plazo en tanto que  va creando un miedo sumergido que hace que cada vez crezca más una inquietud de fondo.

En la vida es  legítimo y sano el poder evitar situaciones cuando de alguna forma suponen una amenaza real. En la procrastinación sin embargo ya no es una huida lícita ante una situación peligrosa sino un hábito en el que nos acostumbramos a no desarrollar nuestro verdadero potencial. La persona deja de mostrar lo que realmente es capaz de ofrecer al mundo; tiene que ver con no mostrarse y no estar dispuesto a descubrir quiénes somos en realidad.

La procrastinación es en definitiva renunciar a la mejor versión de nosotros mismos.

¿PORQUE PROCRASTINAMOS?

Los orígenes de la procrastinación pueden ser múltiples; en la raíz  podemos encontrar normalmente una semilla de miedo. Sería para mí pretencioso pretender explicitar todas las posibles causas; Mi intención es reflejar algunos de los aspectos fundamentales que podrían tener como consecuencia la procrastinacion:

Muchas veces en nuestro seno familiar se nos refuerza para que no manifestemos toda nuestra energía. A veces por inseguridad de las figuras parentales se frena o se rechaza la energía espontanea del niño o la niña. El infante puede llegar a consolidar la creencia en su interior de que no está bien manifestar su propia energía. Estos guiones de indignidad pretenden ser un lealtad parental para no crear malestar en la familia.  Los padres de forma inconsciente pueden sentirse amenzados o incómodos por la expresión natural de los hijos; el miedo a perder el poder, a ser cuestionados o simplemente la incapacidad de los padres para sostener las emociones puede desembocar en estos comportamientos de manipulación o rechazo de sus hijos. El niño o la niña pueden crecer con el sentimiento subyacente de no merecer estar bien o recibir cosas buenas. Cuando el infante se hace mayor introyecta el rechazo y la negación de sus padres por lo que empieza a actuar consigo mismo igual que lo hacían sus padres. El fondo de indignidad y la baja autoestima suelen estar en la base de no querer afrontar las circunstancias de la vida.

Además del trauma infantil podemos encontrar otros eventos a lo largo de la vida que también pueden  acabar generando procrastinación.  Cuando han habido situaciones traumáticas en nuestra vida que nos han desbordado completamente se pueden generar en nosotros una fuerte resistencia a actuar.   A medida que evitamos las situaciones que nos han sobrepasado vamos desarrollamos un mecanismo de evitación. La procrastinación supone un anestésico a corto plazo que nos permite evitar el dolor emocional o físico.

 

Ignacio Parra

Psicólogo y Psicoterapeuta Gestalt

www.psicologomajadahonda.net

 

Psicólogos Majadahonda

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