Automaltrato y baja autoestima

Automaltrato y Baja autoestima

¿QUÉ ES EL AUTOMALTRATO?

El automaltrato tiene que ver con el conjunto de acciones y pensamientos que una persona (consciente o inconscientemente) pone en acción para generar una devaluación o daño de su propia persona. Esta autoagresión podría ser a nivel psicológica, emocional o física.

Son muchas las formas en la que podemos observar el automaltrato, algunas de estas citas pueden ayudarnos a entenderlo:

“Me encuentro muchas veces machacándome a mí mismo sin piedad, es como si a veces solo supiera exigirme y criticar lo mal que hago las cosas”

«Me digo que siempre estoy igual…no tengo solución…soy un inútil y siempre lo seré»

ORIGEN DEL AUTOMALTRATO Y LA BAJA AUTOESTIMA

La baja autoestima está relacionada con la forma en la que la persona se percibe a sí misma. Normalmente la baja autoestima proviene de un sistema familiar-social donde la persona fue desvalorizada, rechazada o sometida sin haber tenido la capacidad de defenderse.

Fruto de estás interacciones traumáticas la persona se fue desconectando de sus capacidades y recursos innatos; fue albergando en su interior la creencia de que no era válido, de que era peor que los demás o le faltaba algo.  Esta devaluación de uno mismo puede proyectarse hacia áreas muy específicas: él físico, la inteligencia, la memoria, la relación con los demás…Sin embargo, suele existir un sentimiento de fondo de no ser digno de amor o ser defectuoso.

Para entender esta percepción es necesario explorar la infancia de la persona y como fue integrando los mensajes mandados por las figuras parentales y de autoridad.  En algún momento de su crecimiento el niñ@ entendió que se le calificaba negativamente y que este juicio iba dirigido hacia su esencia como persona y no hacia su comportamiento.

Con el tiempo y la reiteración de la crítica el niñ@ se va identificando cada vez más con la mirada que percibe del devaluador externo, (ya fueran los padres, profesores, hermanos…etc.).

EL CRITICO INTERNO COMO REFORZADOR DEL AUTOMALTRATO

El fruto de esta interiorización de figuras con una mirada negativa alimenta la creación de una estructura psíquica a la que se ha denominado muchas veces crítico interno, y que desprecia todas las acciones de la persona.

Desde este lugar se minimizan los triunfos, ya que estos son rápidamente reabsorbidos y filtrados por este crítico interno:

“No te hagas ilusiones, has tenidos suerte y ya está…”, “No lo hiciste del todo mal, pero pronto fallaras…” “No te esfuerces, es imposible que lo logres…”

Cuando la persona no tiene recursos o apoyos adecuados durante su vida el efecto del crítico interno se hace cada vez más patológico. Se acaba convirtiendo en una especie de dictador destructivo que quiere progresivamente controlar todas las áreas del individuo.

Si por ejemplo, la persona sólo se sentía al principio limitada en su relación con los demás y de pronto suspende un examen, este dictador interno podría también apropiarse de éste área de la vida, haciéndole creer que tampoco es capaz de valerse por sí mismo en lo académico o profesional.

En su estado más extremo puede hacer sentir a la persona incapaz de valerse por sí misma, lo que podría desencadenar en una profunda depresión y en actos suicidas.

Cuando se trabaja con el automaltrato para mi es esencial que la persona en un primer momento pueda darse cuenta de la lucha que hay en su interior.

Uno de os ejercicios que práctico más en las sesiones es hacer que la persona se pare y se dé cuenta del tipo de relación que mantiene consigo misma:

La persona de esta forma va tomando conciencia no solo del contenido que se dice, sino sobre todo del tono y la emoción con que se lo dice.  Algunas personas se sorprenden al observar que están profundamente resentidas y rabiosas con ellas mismas, ¡y no se habían dado cuenta!

Cuando se anima a la persona a que exprese en alto las cosas que se dice, son frecuentes frases como:

“Eres un imbécil…nunca vas a hacer nada bien”.

“Mejor no digas nada, siempre lo estropeas todo…”

Durante un día pueden existir múltiples “pequeñas” agresiones del crítico interno desde diversas dimensiones:

  • Hacia el «SER» de la persona: aparece a través de una mirada interna hacia el núcleo esencial de la persona. Surge como una expresión de vergüenza, culpa y autorreproche: “Eres una mierda” “No deberías haber nacido…” «Eres inadecuada» 
  • Hacia el «HACER» de tareas: el perfeccionismo suele ser una forma camuflada de agredirse y no permitirse cometer errores. El crítico interno suele generar una sensación continua de exigencia, presión y autoritarismo hacia cualquier tarea que se esté llevando a cabo. Normalmente plantea objetivos de productividad difíciles de cumplir para luego echarlos en cara: “Deberías hacerlo mejor, nunca lo haces bien…»” “Vaya chapuza que has hecho de trabajo…”.»Otra vez te has vuelto a equivocar…» «No vas a acabar nunca a este ritmo…»
  • Hacia las RELACIONES: se manifiesta a través de comparaciones continuas con otras personas: “ella es mucho mejor que tú, al lado suyo eres una foca torpe”, «eres una sensible con todo lo que te dicen», «estas ahí como un sillón sin aportar nada al grupo…». También puede expresarse en forma de miedo al conflicto en tanto la persona se critica cada vez que quiere expresar su opinión o necesidades. En este caso el crítico podría atacar con voces internas como: «Quien te has creído tú como para decirle nada a nadie», «Cállate y no hagas el ridículo otra vez…»

LA OCULTACIÓN DEL AUTOMALTRATO

Lo paradójico es que cuando se pregunta a la persona si alguna vez hablaría así a alguien conocido, responden escandalizados: “¡De ninguna manera, aunque alguien me caiga fatal no le hablarías así!”.

Es sorprendente observar cómo en muchos casos hemos llegado a normalizar esta agresión interior. Es una violencia silenciosa que la mayoría de las veces se minimiza y la propia persona tiende a mantenerla en secreto.

IDENTIFICAR AL AGRESOR INTERNO

A nivel terapéutico cuando la persona es capaz de poner un nombre a lo que le sucede, a su “agresor interno” aparece el primer resquicio de libertad.  A medida que el proceso terapéutico avanza la persona se va haciendo consciente de como se ha hecho daño a sí misma y emerge una nueva actitud. A veces podríamos llamarlo compasión, otras un grito de dignidad.

El caso es que la persona por fin es capaz de ver el automaltrato que ha estado causándose. Este momento es de vital importancia, en tanto que supone un punto de inflexión en la forma en la que la persona se relaciona consigo misma.

TRASCENDER AL CRÍTICO INTERNO PARA SANAR

Después de años de automaltrato aparece una perspectiva diferente que permite a la persona contemplarse con mayor bondad y ecuanimidad. Parte de este trabajo consiste en comprender el ADN del crítico interno. A medida que se descubre la naturaleza, extrema, distorsionada y obsesiva del crítico interno podemos ir desidentificándonos de las creencias catastróficas que nos habíamos creído.

Quizás lo más paradójico que encuentro a nivel terapéutico es que el camino de sanación no pasa (como quizás se habría pensado) por eliminar al crítico interno. En mi experiencia como psicólogo me he dado cuenta que no existe la “maldad interior” dentro de nuestra psique.

Este crítico interno no es el enemigo (aunque lo parezca). He visto a muchas personas tratando de combatir al crítico frontalmente con muy malos resultados ya que éste vuelve a rearmarse cuando la persona comete un error (y tarde o temprano siempre lo comete).

Para mí lo importante en terapia trascender a este personaje interno que nos critica. Esto implica en un primer momento poder conocer sus miedos, sus necesidades, sus anhelos y aspiraciones. Es importante recordar que no se puede acabar una guerra en nuestro interior empezando otra guerra. Así pues, la resistencia contra el crítico hace que la guerra persista; la aceptación y el diálogo interno facilita la transformación. Es necesario que la persona pueda encontrar en su interior un lugar donde poner su confianza que no sea a través del combate con el crítico interno.

Aprender a mirarnos con ternura y compasión es un proceso que se hace con una comprensión profunda de nuestro SER y que surge más allá de la visión del éxito y fracaso que se establece a nivel sociocultural.  El foco de la psicoterapia radica en  la necesidad de forjar esta comprensión incondicional de la persona consigo mism@.

Ignacio Parra

Psicólogo y Psicoterapeuta Gestalt

www.psicologomajadahonda.net

Psicólogos Majadahonda

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